¿Qué tipos de combustibles para coches podemos encontrar?

¿Qué tipos de combustibles para coches podemos encontrar?

¿Qué tipos de combustibles para coches podemos encontrar?

¿Qué tipos de combustibles para coches podemos encontrar?

Crisis del diésel, restricciones a la movilidad urbana, conciencia medioambiental, dudas sobre la electrificación… Los conductores se enfrentan a situaciones confusas y circunstancias cambiantes que limitan la compra de vehículos al existir discrepancias a la hora de elegir la mejor opción. Por eso, es importante hoy en día, analizar qué tipos de combustibles para coches podemos encontrar en el mercado.

Ya no se trata de resolver el dilema entre gasolina y diésel, ya que se ha abierto el campo de posibilidades para los motores de gas o eléctricos. La falta de un margen claro para la legislación, especialmente en el corto plazo, acabará complicando la ecuación a los usuarios, muchos de los cuales están retrasando sus decisiones.

Es un proceso largo, por lo que es fácil ver los pros y los contras de cada fuente de energía si no puedes retrasar la compra indefinidamente.

Dependiendo de factores como la ubicación, el presupuesto, el tipo de uso o la frecuencia de uso, algunos aspectos se pueden ajustar para acercarse lo más posible a una opción exitosa. A continuación te mostramos las ventajas y limitaciones de todos los tipos de combustibles para coches  que disponemos actualmente.

Gasolina

El combustible hegemónico de los últimos tiempos en detrimento del diésel. Es la opción más fácil y obvia, equilibrada en muchos sentidos y perfecta para la mayoría de los usuarios. A falta de límites de autonomía, sus emisiones se han ido reduciendo a medida que avanza la normativa, y aparecen las etiquetas B y C para garantizar el acceso a los núcleos urbanos en un tiempo razonable, salvo eventos de alta contaminación.

Si tienes un único vehículo, normalmente un coche de gasolina satisfará tus necesidades. Habrá que seguir atentos a la evolución de las diferentes legislaciones, especialmente la municipal, en cuanto a la entrada de vehículos contaminantes en determinadas zonas de la ciudad. Probablemente finalmente serán prohibidos por completo, independientemente de su combustible. Además, las variantes y precios ofrecidos son los más amplios disponibles.

Diésel

La caída en las ventas de diésel es una señal de preocupación entre los compradores por las futuras restricciones. Los pronunciamientos políticos que cuestionan la movilidad de los automóviles diésel privados en las ciudades han despertado la alarma entre los automovilistas que atraviesan las principales ciudades.

A pesar de que el modelo moderno tiene las mismas etiquetas B y C que el modelo de gasolina. De hecho, a nivel europeo, no hay diferencia entre ambos combustibles. Este fenómeno se soportará con el tiempo y podría causar problemas a aquellos que extiendan los tiempos de actualización del vehículo más allá del promedio.

Sin embargo, para aquellos que no deberían moverse en los centros urbanos, los conductores que viven en áreas rurales o ciudades menos pobladas, la preocupación se basa en una visión a más largo plazo y la prohibición de la venta de cualquier vehículo explosivo, que no será Disponible por 20 años.Pasará.

Para otros, los diésel modernos son menos contaminantes de lo que se podría pensar, y siguen siendo la mejor baza para los que recorren largas distancias, ya que siguen consumiendo entre un 10% y un 15% menos en conjunto que un coche equivalente a gasolina.

Gas Licuado de Petróleo (GLP)

Una variante del clásico modelo de gasolina, con valiosas ventajas que compensan algunas de las carencias.

El coste medio de un litro de GLP es la mitad que el de la gasolina, por lo que su economía es determinante para quienes recorren largas distancias. La Red de repostaje con más de medio millar de gasolineras.

Otra ventaja importante es que disfrutan de calificación ECO en la etiqueta de la DGT, por lo que las restricciones de circulación solo les afectan en los peores incidentes de contaminación. Cada día la marca ofrece más y más versiones con esta tecnología, que también pueden ser instaladas en vehículos convencionales de gasolina por especialistas autorizados.

Gas Natural comprimido (GNC)

El gas natural comprimido (GNC) es una propuesta similar al GLP. Partiendo de un motor de gasolina, se le monta un segundo depósito para este combustible, de modo que funcione primero con el GNC y pase a la gasolina cuando este se agota.

Es incluso más económico que el GLP y tiene mayor capacidad energética. Sin duda es la opción más ventajosa en términos de precio y, por tanto, aconsejable para usuarios intensivos del vehículo, incluyendo que su etiquetado ECO les facilita el acceso a las ciudades en casi cualquier circunstancia.

En contrapartida, la red de repostaje es todavía escasa, especialmente lejos de las grandes ciudades. Además, la necesidad de ubicar un depósito de dimensiones considerables para el GNC suele reducir en la misma proporción el de gasolina, con lo que una vez agotado el gas y hasta que se pueda repostar, la autonomía se ve condicionado.

Un problema a día de hoy para viajes por carretera, aunque las grandes rutas nacionales sí se encuentran abastecidas, así que resulta más apropiado para desplazamientos urbanos o interurbanos.

Vehículos Híbridos ‘suaves’

Como paso previo a los híbridos tradicionales, la última tendencia en el sector de la automoción son los denominados híbridos suaves, microhíbridos o mild hybrid en inglés. Es el primer paso en la electrificación de un motor de combustión, recurriendo para ello un pequeño motor eléctrico alimentando por una batería auxiliar de escasa capacidad.

Funciona por lo general con un voltaje de 48 voltios (aunque también puede ser 24 o 6o) y su tarea es asistir al propulsor principal en algunas fases de su funcionamiento, con el consiguiente ahorro de combustible.

Una solución económicamente aplicable en modelos de cualquier segmento (otras penalizan en exceso a los más baratos) y que permite rebajar el consumo y las emisiones entre el 10% y el 15%, según los fabricantes. Pero sin duda alguna, para el usuario la principal ventaja es el etiquetado ECO asignado a estas soluciones, independientemente de otros aspectos como la cilindrada o potencia del vehículo.

Así, es posible encontrar grandes berlinas o SUV, de altas prestaciones y consumos no precisamente bajos, que gozan de esa condición ECO gracias a un sistema de hibridación suave en sus motores. Van a ser, claramente, uno de los caballos de batalla de las marcas en su intento de reducir las emisiones y evitar así las sanciones que prevé la Unión Europea para aquellos que no consigan los objetivos impuestos.

Vehículos híbridos

Los híbridos combinan un motor de combustión (por lo general de gasolina aunque también existen opciones diésel) con otro eléctrico alimentado por baterías que se recargan con la energía cinética del automóvil. Sus virtudes de menor consumo, y por tanto emisiones, son más apreciables en ciudad que en carretera, donde pierden buena parte de sus ventajas.

Se trata, en consecuencia, de coches más adecuados para quienes se desenvuelvan en el tráfico urbano, donde el propulsor eléctrico resultará más efectivo y las baterías se recargarán con mayor facilidad en deceleraciones y frenadas. Su etiqueta ECO es un valor añadido para estos usuarios de ciudad.

Los híbridos quedan en desventaja en carretera frente a un gasolina o diésel modernos, cualquiera de las propuestas actuales de la mayoría de las marcas. Es así porque el peso del conjunto es, por razones obvias de complejidad mecánica, superior.

Además, la aportación del propulsor eléctrico residual, con lo que el resultado es bastante previsible: consumos elevados y condicionantes dinámicos por la presencia de componentes como el propio motor, el sistema de regeneración, las baterías y todo el sistema de gestión. Eso sí, nunca se sufren problemas de autonomía con un híbrido: si hay una gasolinera, se garantiza la movilidad.

Coches híbridos enchufables

Un paso más allá, y significativo, van los híbridos enchufables, conocidos como PHEV por sus siglas en inglés. Los principios técnicos son idénticos a los anteriores pero con el añadido de que las baterías, además de con la energía cinética, se pueden recargar al conectarlas a la red eléctrica.

La efectividad de este sistema es incuestionable, se pueden montar baterías de mayor capacidad que permiten circular distancias muy superiores en modo 100% eléctrico. Por ello, todos los modelos que superan los 40 kilómetros de alcance sin emisiones (que son todos, los fabricantes ya se encargan de que así sea) se benefician de las innumerables ventajas de la etiqueta 0 de la DGT.

De nuevo se trata de una excelente opción para quienes precisan un coche polivalente, capaz de facilitarles los desplazamientos urbanos pero sin asumir renuncias importantes en carretera. Con la autonomía eléctrica de estos híbridos enchufables, muchos usuarios podrán cubrir sus necesidades diarias de movilidad por ciudad sin pasar por la gasolinera, simplemente recargando las baterías cada noche en una toma de corriente.

Cuando llegue el momento de salir de viaje podrán hacerlo sin limitaciones de autonomía, aunque aceptando el mismo condicionante que en los híbridos convencionales: la complejidad mecánica y el peso del conjunto elevan el consumo, además de penalizar ligeramente casi siempre el comportamiento del vehículo.

Otro aspecto a tener en cuenta es que el precio de adquisición de uno de estos modelos es superior al de la versión correspondiente de combustión. Y es que todo (de momento) no se puede tener…

Coches eléctricos

En la cima de la eficiencia se encuentran los eléctricos puros, coches que cuentan con un motor único sin emisiones, la etiqueta 0 por antonomasia y sus baterías como única fuente de energía. La oferta de las marcas es cada día superior y algunos de ellos prometiendo derribar la mayor barrera de los 100% eléctricos: un alcance muy reducido para la mayoría de los automovilistas.

Se trata de una alternativa perfecta para quienes se muevan principalmente por ciudad o dispongan de un segundo vehículo de combustión para afrontar viajes (el alquiler puede ser igualmente la solución). Entre otras cosas, porque las alternativas que aspiran a ser válidas también fuera del entorno urbano (empezando por el caso representativo de Tesla) se ven penalizadas por precios demasiado elevados en el contexto de su segmento.

Por no mencionar las complicaciones, e incluso en ocasiones la angustia, que representa carecer de garantías plenas de movilidad ante la aún muy escasa red de puntos de recarga eléctrica, sobre todos los rápidos que exigen las baterías de mayor capacidad. Ideales para los más ecológicos, los más urbanitas y los que disfrutan del bolsillo más saneado. Al menos de momento, porque la ofensiva de las marcas en los próximos meses se presenta muy interesante…

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